Después de mucho tiempo teniendo este espacio abandonado, he decidido abrir mi propia ventana al mundo con todas las recomendaciones gastronómicas que a mí, personalmente, me gustaría encontrar en algún sitio. Aventuras y desventuras de una disfrutóloga dispuesta a haceros el trabajo para que no falléis cuando busquéis algún sitio en concreto.
24 horas en Palma de Mallorca
En las cortas visitas a algunas ciudades, intento aprovechar al máximo posible para sacar jugo de la zona en la que estoy. 24 horas en Palma de Mallorca me han llevado a una pequeña ruta de recomendaciones que yo no me perdería.
- Para dormir: en esta ocasión el elegido fue el Hotel Saratoga, que se está renovando poco a poco y en él conviven habitaciones más oscuras con otras en maderas y blancos (las que os recomiendo). Si podéis elegir, mejor una habitación en sus pisos superiores, desde donde podréis ver la Catedral de Palma o el puerto. Tienen piscina en el Rooftop, también en la zona de abajo y un pequeño Spa muy disfrutable. A mejorar la oferta del desayuno, eso sí, que sigue un poco anclada en los años 80.
- Para comer: en esta ocasión el objetivo del viaje era conocer la propuesta del joven Juan Pinel dentro del mismo hotel. El restaurante se llama L’Atic y os diría que os sentéis en la barra de la cocina para disfrutar de todo el espectáculo. ¡Es una pasada! Juan se atreve con platos más tradicionales (escabeches, patatas a la importancia, lentejas) que conviven con otros más actuales e incluso con tintes de fusión. Aún se nota que tiene que definir un poco su cocina y ajustar algunas elaboraciones para darles algo más de finura, pero los mimbres están.
- Otras recomendaciones gastronómicas:
- Bar Bosch: a pocos minutos andando del hotel tenéis uno de los bares más míticos de Palma para comer un llonguet o, como ellos lo llaman, langosta. Sin duda hay que sentarse en la terraza y pedir uno de sobrasada con queso. Mis favoritos siguen siendo los de Es Vaixell pero para eso tendréis que coger el coche.
- El Fornet de la Soca: un poco más arriba, no más de dos minutos andando, tenéis esta fabulosa pastelería en la que Tomeu Arbona ha recuperado toda la tradición gastronómica de la isla. Si queréis una ensaimada de cabello de ángel, esta será sin duda vuestra favorita. También os recomiendo probar sus pasteles salados y sus cocas de verduras.
- Horno de la Gloria: mucho menos refinado que El Fornet, merece la pena acercarse sólo por disfrutar de un viaje al pasado, porque aquí todo sigue igual que siempre.
- Ca Joan de S’Aigo: otro mítico de ensaimadas y dulces y salados mallorquines, un salón de té de toda la vida en el que el café podría y debería mejorar.
- Nano Coffee Lab: en las inmediaciones, es el mejor café de especialidad que podréis tomar. El sitio es minúsculo así que no esperéis confort ni comodidad pero siempre os podréis sentar en su banquito de la puerta y tomar un Latte o un Espresso como se merecen.
- Mercado de Santa Catalina: hacia el otro lado, de camino hacia el Puerto, tenéis uno de los mercados más icónicos de Palma. Almorzar en su bar de la esquina, ese que tiene la barra de aluminio y las mesas dentro, es toda una experiencia. Pedid un Variat y flipad.
Okonomi San, el restaurante más nuevo de Madrid especializado en Okonomiyaki

Del mismo dueño que Don Panko, acaba de abrir sus puertas esta taberna japonesa que busca rendir homenaje a la mítica tortilla de la zona de Hiroshima. Para los que no lo conozcan, el okonomiyaki es una mezcla de vegetales, pancake, huevo y fideos que se termina con varias salsas y condimentos. No es una receta particularmente refinada sino que busca esa sensación de golosidad en la boca. Aquí lo sirven de 5 variedades diferentes (vegetal, tradicional, marisco, queso y kimchi) y la carta se termina de complementar con varios entrantes, platos de fideos y ramen.
En Okonomi San, está todo bastante bien conseguido menos la extracción de humos del local. No esperéis lujos, aquí hemos venido a gastarnos 30€ de media y a comer con las manos si hace falta. Tras mis dos visitas, en dos días y durante la primera semana, probé sus encurtidos, ricos aunque escasos, y también su picantona brocheta de vieira. Muy recomendable el tataki de pato, cocinado 12h a baja temperatura, que se acompaña con algunas verduras escabechadas, y las dos opciones de frito que resultan poco pesadas y muy apetitosas: tanto el pollo como los langostinos con una tempura que se mezcla con polvo de alga nori.
Si queréis algo que se sale de lo común, no dejéis de probar el tofu que, aunque su insipidez es característica del producto, sirven con una salsa ácida por encima que lo ensalza y dignifica. De los probados, tanto el okonomiyaki tradicional como el de kimchi son buenas opciones, este segundo con un carácter picante marcado por esta preparación de origen coreano que consiste en fermentar col con diferentes condimentos.
Me encantó el plato de fideos udon con huevas de abadejo, yema y algún que otro topping más, se mezcla como una carbonara y resulta una mezcla apetitosa, liviana y que apetece seguir disfrutando.
De postre cuentan con mochis, esas bolas que se elaboran a partir de una pasta de arroz glutinoso nada fácil de manejar y que se rellenan con lo que que cada uno quiera. Estas vienen desde Barcelona, de la pastelería (muy recomendable, por cierto) Ochiai y se cobran a 7€ la unidad, lo que podría elevar la cuenta final.
De beber, varias cervezas, sakes y refrescos que se salen de los más comerciales, lo cual se agradece mucho. No hay café y el pago con tarjeta es obligatorio.
Informal, «gocho» y sin expectativas gastronómicas más que pasarlo bien a buen precio en Madrid.
Desayunar en una terraza en Madrid: Parque

La terraza de Parque, justo frente al Parque de Berlín en Madrid, es un sitio muy agradable para desayunar, comer o tomar un café. El café viene de Puchero, un tostador que siempre recomiendo, y lo preparan bien. Perfecto para celebrar que hoy es lunes, ¡y que le den al lunes!
Sobre la carta de comida, luces y sombras ya que la bollería es muy recomendable pero en la vertiente salada las dudas son bastantes. Los nombres no encajan con las preparaciones y algunas dejan que desear. Como un sí rotundo, la tostada con tomate que se hace en buen pan y es de tamaño generoso. El bagel de salmón ahumado queda algo seco por culpa del pan y es delicioso el sándwich de huevo duro y mayonesa que llaman Katsu Sando aunque no lo sea. A mejorar, en cambio el Sándwich Club que poco se asemeja a la realidad del mismo y se queda tonto el «Avocado Grilled Cheese» que no es más que un pan untado con aguacate machacado, queso fundido por encima y salsa pesto para terminar.
La tortilla de patatas debería estar prohibida aquí. Eso sí, comprad pan porque está muy rico y, aún más, su focaccia.
Las mejores pizzas de Montecarmelo: Fame Napoletana

Este austero y pequeño esquinazo de Montecarmelo se ha ganado, y con creces, el título de mejor pizza del barrio. De estilo napoletano y con un horno de leña como protagonista indiscutible, tiene apenas cuatro entrantes, una buena selección de pizzas y postres que compran y sirven en tarritos. No hace falta más.
En Fame Napoletana, está muy rica la parmigiana di melanzane que montan y hacen al momento, dentro del mismo horno, con una buena salsa de tomate y el queso bien fundido. De principal, pizza pues no hay otra cosa. Tanto las de base roja como las blancas tienen una masa espléndida, con sabor a cereal y bien cocinada. No sientan mal, se digieren fácil y esto en sinónimo de una buena fermentación y buena calidad de la harina. Precio medio: 25€.
Producto de la semana: Jamón de York 1954 de El Pozo
Se ha convertido en nuestro Jamón de York de referencia porque no tiene aditivos, ni conservantes de ningún tipo. Jamón de cerdo, agua, sal, vinagre y algún aroma. Es curioso porque el que se vende ya loncheado en blíster es mucho más ahumado y salado que el que cortan en la máquina al momento; lo solemos comprar en Hipercor o en El Corte Inglés a unos 13-15€/kg.



0 comentarios